Mientras caminábamos felices por la playa, la playa, esta playa mía que te he regalado, que te recibe con un arco iris al rededor del sol cada vez que vienes, es el universo que nos sonríe; mientras caminábamos hundiendo los pies en la arena note que tomabas mi mano con temor, como si me estuvieras ocultando algo. Pero sabes que no me puedes ocultar nada, que siempre he sabido descifrar la verdad en tus ojos, en tus gestos, puedo escuchar cuan rápido late tu corazón cuando intentas mentirme, lo sé.
Sé lo que pasa por tu mente, sé lo que pasa en tu alma y sé muy bien porque vienes a refugiarte a mi playa, lo sé; sin embargo ángel, esta vez voy a callar, a guardar silencio y simplemente te daré mi mano, te ofreceré mi abrazo y te reconfortare cada vez que lo pidas, cada vez que lo necesites, porque estuviste para mí cuando te necesite y curaste viejas heridas.
No soy mas que este demonio, no soy mas que este ínfimo ser llamado Zaad, y ya he aprendido a ser y a estar y a permanecer. Aquí estoy y ya no te impido el paso, ya no me importa sí me lastimas (se que jamás lo harás), ya no me importa si me desmorono, no me importa si mi cuerpo se convierte en cenizas, ya lo he comprendido todo.
Así mismo sé que por fin me dejarás beber de ti, porque ya ambos entendimos para que estamos aquí.
Ven a mi playa cada vez que me necesites, ven a mi playa cuando me extrañes, ven a mi, que yo ya no me aferraré a tus alas.
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