Amnesia

Se veía hermosa, no sé de donde salió, pero de pronto ya estábamos las dos recostadas en la cama jugueteando como niñas a hacernos cosquillas, de pronto me encontré sobre ella, pensé que me había sobre pasado y estaba a punto de retirarme cuando apretó fuertemente mis manos y su respiración se agitó, contamos mentalmente hasta diez mientras nos mirábamos fijamente a los ojos como intentando descubrir que pensaba la otra y entonces pasó: tan ansiado, tan esperado un beso dulce pero apasionado, nos fundimos la una en la otra y viajamos por todo Berlín sin salir de la habitación. Suspiros, sudor, placer ... amor.

La chica mas hermosa que hay sobre la Tierra, nunca habría imaginado belleza tal, lamentablemente no recuerdo su nombre, apenas escucho un breve sonido Alya ... Alina ... Aila ... no logro recordarlo. Pero tengo en la memoria el perfecto blanco de la piel, sus grandes ojos negros y su cabello lacio y oscuro como una noche de invierno, pequeña como una niña adulta, una nariz pequeñita y respingada, y esos labios que te llevan a viajar y conocer la grandeza del universo, perfectos para los míos, labios besables, labios cálidos y amables, labios pasionales que buscan y rebuscan los rincones de mi cuerpo, que se llevan todos mis secretos. 

¿Por qué en Berlín? ¿Por qué tuve que dejarte allí? Mis recuerdos están todos borrosos comos si en lugar de recuerdos hubiesen sido solo un sueño; y aún me queda grabado el sonido de tu respiración, la dureza de tus pechos, la perfección de tu cintura ... puedo recorrer con mi mente la linea que va de tu frente a la punta de tus pies, esa misma que recorrí con mi boca y que ambas disfrutamos tanto, todavía cuando me recuesto en esta cama fría logro percibir tu presencia  siento como tus brazos me rodean y me buscan fervientes tus manos, aunque sea para robarme un beso, para robarte la falsa inocencia que aparenta tu cara de ángel; pero sí, eres un ángel, eres mi nuevo ángel perverso.

Vuelve a mi hermosa ninfa, vuelve a mi cada noche y cada día, no dejes que te pierda en la memoria. Regresa a mi y susurra tu nombre a mi oído mientras nos perdemos una en la otra llenándonos de placer.